Roel Guajardo Cantú
Epicentro Informativo / 03, julio, 2023
Cuando falta poco tiempo para iniciar el ciclo escolar 2023-2024, uno de los puntos que más llama la atención en la Nueva Escuela Mexicana, NEM, es el de los libros de texto, ya que tradicionalmente estos se presentaban materia por materia, es decir, había libros de matemáticas, español, ciencias naturales y ciencias sociales, solo por poner ejemplos.
En la NEM ya no será así, habrá libros integradores de proyectos, para el aula, la escuela y la comunidad, serán libros en los cuales se presentarán casos que problematicen alguna situación de la comunidad y permitan a los alumnos, al grupo y a la escuela ofrecer soluciones acordes a las condiciones en las que viven. Por supuesto que se supone que estos libros dan pie para que se aborden los contenidos de los programas sintéticos y los maestros desarrollen los programas analíticos.
También habrá otro de contenidos, el libro “Nuestros saberes”, libros para apoyar el desarrollo de los programas analíticos “Nuestros lenguajes” y el libro para el maestro “Un libro sin recetas”.
En palabras de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, “el libro de texto es una herramienta para la interacción entre plan de estudio, estudiante, comunidad como eje articulador del proceso educativo, maestros y el aprendizaje”. De alguna forma son los detonadores de una situación de aprendizaje.
El supuesto del que parten estos libros de texto consiste en que no se trata de generar conocimientos en abstracto, para formar un ciudadano ideal, definido por alguien como parte de un Estado-nación, sino de formar desde el territorio, una visión del México de los 70.
Desde nuestra perspectiva, si en realidad quisiéramos llevar a la realidad la lógica que propone el funcionario, los libros de texto no existirían y cada comunidad debería crear los propios a partir solo de los programas sintéticos, pero eso es tema de otra discusión.
El problema hasta ahora es que, como dice Marx Arriaga, los libros no han llegado a los maestros, no los conocen debido a distintas situaciones, entre ellas, que se está debatiendo en tribunales si estos deben ser los libros de uso en las escuelas, ya que al parecer se esperaba que se llevara a cabo una consulta más amplia con los maestros y otros actores del tema educativo, como lo establecen los artículos 23, 28 y 34 de la Ley General de Educación aprobada el 30 septiembre de 2019.
Los libros, al ser abiertos, requerirán de los maestros un trabajo complementario, ya que aunque en ellos vienen algunos de los saberes que se abordarán en los programas sintéticos y analíticos, el maestro deberá estar atento a lo que falte en los textos para promover la solución de las situaciones problemáticas presentadas en los libros y los contenidos necesarios para resolverlas, a fin de desarrollar los proyectos que se propone realizar.
Como podemos observar a partir de esta descripción de los libros de texto, el papel del maestro cambia, o al menos eso se propone en la NEM, que el maestro pase de ser una fuente de información, al estilo de la educación bancaria denunciada por Paulo Freire, a una especie de “extensionista”, es decir, un líder para el desarrollo de las comunidades, y un facilitador para los alumnos de la escuela.
En el libro “Nuestros saberes” se presentan los saberes que históricamente ha desarrollado la humanidad, es digámoslo, una especie de sumario científico, crítico que permite a todos aquellos a quienes va dirigido, que documenten sus vacíos de información, es, para decirlo en palabras de Marx Arriaga, parte de una pequeña enciclopedia que se formaría con los textos correspondientes a todos los ciclos de la educación básica, una enciclopedia que, decimos nosotros, corre el riesgo de la obsolescencia a corto plazo, dado el avance de los saberes que hay en nuestro tiempo.
Hay un quinto libro, que es el de los “Múltiples lenguajes” que es un texto de apoyo para la planeación que realizarán los maestros, sobre todo a la hora en que tengan que desarrollar los programas analíticos. Aquí se muestran los aspectos artísticos, científicos, críticos, sociales de los contenidos y de los proyectos que se llevarán a cabo en los programas.
El sexto libro es el libro del maestro “Un libro sin recetas”, acerca del cual se ha comentado mucho debido a las recomendaciones y lecturas que ofrece o recomienda y que el propio Arriaga señala que será el más polémico.
Para hablar en un lenguaje del pasado, se trata de formar un hombre de tipo “renacentista”, en el cual confluyan tanto la formación artística, como la humanista, la científica y la filosófica, un hombre que enfrente el mundo con una actitud de sorpresa, de deslumbramiento, de curiosidad ante él y que enfrente los saberes de forma crítica.
No es, ni con mucho, una labor sencilla para nadie, los maestros por supuesto, requieren de toda una formación nueva o capacitación al respecto, como lo establece el artículo 28 de la Ley General de Educación “se deberá capacitar a las maestras y a los maestros respecto de su contenido y métodos, así como generar espacios para el análisis y la comprensión de los referidos cambios”, esperemos que haya el tiempo suficiente y se haga y que no solo quede en el discurso objetivado de Marx Arriaga.
En YouTube puede consultarse la explicación que realiza el director de Materiales Educativos Marx Arriaga: https://youtu.be/lR3d4cQ3aSE
