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Juan Palacios Dávila / Epicentro Informativo

03, julio, 2024

“La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Gabriel García Márquez

El actual sexenio quizá será recordado como aquél en el cual, por primera vez en muchos años, el gobierno volteó a ver a aquellos que se consideraban olvidados por las llamadas políticas neoliberales, y seguramente se obviarán que fue un sexenio con magros resultados en rubros tan importantes como seguridad, salud y educación pese a que en las encuestas sí son percibidos por los ciudadanos.

Quizá se deba a la explotación del sentimiento de exclusión de grandes sectores de la población, mismos que, evaluados con los indicadores “neoliberales” tienen hoy una vida mucho mejor que la de sus antepasados. También puede ser que a López Obrador se le evalúe más por sus buenas intenciones, al menos las declaradas, que por sus resultados, a la manera en que lo señala acerca de las izquierdas y derechas, Fernando Savater.

 Es en este contexto en el cual debe evaluarse la situación que vive Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa durante el periodo de transición e inclusive la que vivirá durante su primer año de gobierno. A esa situación es a la que llamo “el funambulismo de Claudia”.

Caminar sobre una cuerda floja nunca ha sido fácil y en el caso de la futura presidenta de México mucho menos, ya que de una u otra forma, su futuro no es importante para AMLO, de hecho, en ciertas condiciones le resultaría benéfico que Sheinbaum cayera de ese alambre imaginario. Quizá sucedería lo que nos señala Jacques Rogozinski  que aconteció con la imagen de Hugo Chávez ante los traspiés de Maduro: creció.

No es de extrañar, visto lo visto, que Claudia deba caminar con mucho cuidado, no tener deslices que le puedan costar una caída de la cual pudiera no recuperarse y ser capitalizada por grupos, que existen, en Morena, que anhelan controlar no solo ese partido, sino el país entero, aun y cuando son una minoría dentro del movimiento iniciado por AMLO.

Así es que no creo que veamos durante algún buen tiempo el deslinde que muchos casi exigen a Sheinbaum, sería muy malo para ella y peor para el país.

Si este deslinde llega a darse, será mucho más adelante, una vez que Claudia tenga el poder del partido, si es que llega a tenerlo alguna vez, y del gobierno, si no se le escapa de las manos.

Mientras tanto, preparémonos para continuar siendo testigos del espectáculo de funambulismo que nos espera y de que las políticas económicas inspiradas en Milton Friedman, son más exitosas que aquellas nacidas de las mentes socialistas más destacadas. 36 millones de votos las respaldan.

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