Juan Palacios Dávila / Epicentro Informativo
09, noviembre, 2023
Durante los últimos días hemos sido testigos de distintas imágenes proyectadas en los diferentes canales de televisión, además de las redes sociales, en ellas se ve a grupos de jóvenes peleando entre sí a las afueras de planteles educativos como las preparatorias 9, 15 y 22 de la UANL, pero también lo vemos en Conalep, CBTIS y, principalmente, en la educación básica, fundamentalmente en las escuelas secundarias en donde casi cotidianamente se presentan este tipo de violencias.
Son hechos nuevos, pero asuntos viejos, como lo hemos señalado en varias ocasiones en estas páginas, el problema de la violencia escolar ha venido creciendo sin que se generen programas de largo aliento para evitarlo.
La Encuesta de Percepción Ciudadana Así Vamos 2022, de Cómo Vamos Nuevo León, señala que el 6.4% de los estudiantes fueron víctimas de bullying o acoso escolar en los últimos 12 meses; mientras que “45.7% de los encuestados considera que las autoridades escolares no han tomado medidas efectivas para mitigar estos casos en sus escuelas”. Hablamos de más de 60 mil víctimas directas y sus respectivas familias y tenemos a más de 450 mil alumnos que no ven que se haga algo para resolver su situación.
Según Sandrine Molinard, directora del Consejo Cívico de las Instituciones, las denuncias que se presentan ante el Ministerio Público solo representan la punta del iceberg de lo que realmente sucede en las escuelas, ya que si bien se han reportado durante este año alrededor de 500 denuncias por violencia escolar, la realidad es que, según Molinard, solo se denuncian los casos más graves.
Si bien es cierto que hasta hoy no se han presentado casos en los cuales las consecuencias hayan sido más graves que algunos golpes, la realidad es que no deberíamos esperar a que las cosas pasen a mayores, es momento de actuar y no solo agregando alguna materia escolar, como casi siempre se hace, sino generando programas de largo aliento.
Difícilmente se puede lograr un cambio en la actitud de los alumnos cuando el 45% de estos y sus padres perciben que las autoridades educativas de los distintos niveles, incluyendo las de cada escuela, no toman medidas para acabar con la violencia, así sea el llamado bullying, ya que desde ahí se comienza y se termina con casos graves como el de la jovencita muerta a golpes por una de sus compañeras quien le destrozó el cráneo con una piedra. Cuando las autoridades educativas no actúan, se invita a cada uno de los niños y jóvenes a defenderse por sí mismos, a tomar “cartas en el asunto” con las consecuencias que vemos en los videos que circulan en los medios.
Debemos como sociedad, tomar en consideración lo que dice Eduardo Caccia quien en distintas ocasiones ha señalado en Reforma, que la observancia de las leyes comienza, por lo menos en la obediencia a reglamentos como el de tránsito, cuyo cumplimiento muchos parecen considerar optativo.
En el caso de la educación consideramos que debe suceder algo similar, comenzando por la observancia de los reglamentos escolares y continuando con la formación de valores a través de dicha observancia.
Propuestas como las que presenta en sus libros, ambos de 2021, “Las drogas, un problema de todos” y “El problema es de valores”, el Mtro. Roel Guajardo Cantú, de cuyos trabajos ya hemos hecho referencia en anteriores artículos.
En tanto no se tomen en cuenta este tipo de proyectos de largo aliento, como los propuestos por el Mtro. Guajardo Cantú, difícilmente podremos erradicar un problema que no solo amenaza con agravarse, sino de cuyas entrañas puede salir algo peor, casos que han sido objeto de novelización como los niños sicarios que han sido dados a conocer en distintos medios de comunicación y que se han transformado en personajes de libros que tratan el tema del narcotráfico.
Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto.
