vie. Oct 10th, 2025

Roel Guajardo Cantú / Epicentro Informativo

21, febrero, 2025

Desde hace algún tiempo hemos insistido en estas páginas en que la Educación Media Superior, EMS, debe transformarse con la finalidad de responder a las nuevas realidades de la economía, ya que, independientemente de lo que actualmente está sucediendo con movimientos proteccionistas en algunos lugares del mundo, destacadamente Estados Unidos, la competencia por los puestos de trabajo es global.

Recientemente el secretario de Educación, Mario Delgado, anunció la realización de una serie de foros de consulta para elaborar una nueva Ley de la Educación Media Superior, en la cual se busca el objetivo de que “las y los jóvenes tengan una oferta educativa que los entusiasme, que les asegure que se puedan insertar con éxito a la economía nacional o que decidan lo que ellos quieran ser, que puedan realizar sus sueños”. https://www.gob.mx/sep/prensa/boletin-19-anuncia-titular-de-la-sep-foros-para-la-elaboracion-de-una-ley-de-educacion-media-superior?idiom=es-MX

Estimamos que en dichos foros se deberán considerar temas que impactan directamente en la forma en la que los egresados de la EMS se tendrán que enfrentar a un mundo laboral que cambia con una velocidad impresionante, un mundo en el cual, como lo señala Peter Diamandis “el futuro va más rápido de lo que crees”, frase con la que tituló uno de sus libros.

En ese texto, Diamandis destaca la influencia que tiene la convergencia tecnológica en la velocidad con la que se presentan los cambios en la actualidad, los cuales, por otra parte, tienen un proceso muy corto entre su aparición y su aplicación en el mundo laboral.

Este fenómeno tiene como consecuencia que aquello que se aprende en las escuelas queda obsoleto o desfasado para cuando el estudiante egresa de estas. Si bien es cierto que en la carrera actual la escuela siempre estará en desventaja e irá a la zaga, las instituciones educativas tienen la obligación de preparar a los jóvenes para enfrentar con posibilidades de éxito esta situación.

En nuestro libro “Los jóvenes y el empleo. El futuro que les espera” (Roel Guajardo Cantú, Juan Palacios Dávila. 2021), planteamos la necesidad de que la educación básica prepare a los jóvenes con una base sólida en aquellos elementos que no tendrán cambios durante mucho tiempo, es decir, con una excelente preparación en lectura, escritura y matemáticas, así como preparándolos en el difícil proceso de aprender a aprender, un desideratum educativo de larga data.

Lo anterior de manera independiente a que la EMS, en sus semestres finales, sea lo suficientemente flexible para modificar o construir sus trayectos académicos o sus métodos, aceptando la educación dual u otro tipo de metodología que implique una conexión directa con las empresas, formar profesionales técnicos conforme al futuro del empleo y del desarrollo de la nueva economía.

Entendemos que este es un proceso educativo que, por su propia naturaleza, resulta disruptivo con respecto a lo que hoy se considera una educación sólida, por lo cual consideramos que, a la par en que se modifica la estructura académica de este nivel, debe prepararse a los docentes para que enfrenten estos cambios, que en no pocas ocasiones, trastocarán la forma en la que los maestros llevan a cabo su práctica docente.

En la medida en la que al maestro se le capacite para acompañar a los jóvenes en este proceso educativo, este podrá tener el éxito que se espera, ya que sin una planta docente y directiva que cumpla con el perfil necesario para enfrentar las nuevas realidades, el éxito será un objetivo inalcanzable. Una capacitación que incluya como mínimo el estándar 0647 sobre competencias docentes y la alfabetización tecnológica.

Proponemos que la transformación de la EMS contemple la unificación de la gran diversidad de bachilleratos, incluya la micro certificación, abrace la cultura de la certificación, enfatice la formación continua y capacitación de los docentes, profundice la vinculación de la escuela con el sector productivo y subraye la formación del liderazgo de los directivos escolares como un factor fundamental de la mejora académica y el logro de los propósitos educativos.

Saludamos con entusiasmo la realización de los foros de consulta para la elaboración de esta Ley, esperamos también que en ellos se tome en cuenta la experiencia de los maestros, de las instituciones educativas, de las universidades y que se entienda que la dinámica de la actualidad tiene que ver más con la tecnología que con la ideología.

Comprendemos la necesidad de que los alumnos tengan una sólida formación humanística, pero consideramos que las materias STEM, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés, constituyen hoy por hoy, el esqueleto imprescindible para la formación requerida en el ámbito laboral y en la nueva economía.

La Nueva Escuela Mexicana asume como propias algunas posturas pedagógicas interesantes, como la convergencia, la cual se hace presente en la metodología de proyectos, pero también se apropia de una “epistemología del sur” que hoy se encuentra lejos de la realidad que vive el mundo desarrollado al cual se van a enfrentar los jóvenes que estudian la EMS.

Esperemos que el delicado equilibrio que requiere la elaboración de una Ley de la EMS para la actualidad y el futuro del país se mantenga y podamos contar con una verdadera y eficaz transformación de este nivel educativo.

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