Roel Guajardo Cantú / Epicentro Informativo
3, marzo, 2025
Hemos señalado en diferentes ocasiones que la Nueva Escuela Mexicana, NEM, constituye un cambio de paradigma por lo que respecta a la forma en la que se concibe a la educación pública y la forma en la que se desarrolla el proceso educativo en nuestro país.
En principio, se presenta un desplazamiento del sujeto educativo, que pasa de ser el educando a la comunidad en la cual se desarrolla el proceso educativo. Con este desplazamiento se pretende que el conocimiento no sea un proceso unipersonal, sino que se convierta en una experiencia comunitaria en la cual participen todos aquellos que forman parte de la comunidad educativa y todos se vean beneficiados por el proceso educativo. Cambiar el hecho de que el centro de la educación en lugar del alumno ahora sea la comunidad en la NEM, tiene diferentes opiniones entre los maestros de escuela.
Es debido a este cambio de perspectiva por el que, desde el punto de vista pedagógico, se impone el método de proyectos como la mejor estrategia para alcanzar los objetivos de la NEM, involucrar a los alumnos en los problemas de su comunidad y la forma de abordarlos para contribuir en su solución.
Destaca en esta estrategia de la NEM el hecho de que los Consejos Técnicos Escolares, CTE, se constituyen en el máximo órgano colegiado de cada comunidad educativa, convirtiéndose estos “como pilares que articulen y fortalezcan el máximo logro de los educandos, así como el proceso de mejora escolar”. Como se establece en el acuerdo correspondiente, “El Consejo Técnico Escolar es el órgano colegiado de mayor decisión técnico pedagógica de cada Escuela de Educación Básica, encargado de adoptar e implementar las decisiones para contribuir al máximo logro de aprendizajes de los educandos, el desarrollo de sus capacidades, el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre la Escuela y la comunidad bajo una perspectiva de enfoque territorial”. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5722476&fecha=08/04/2024#gsc.tab=0
La importancia del CTE radica en que, toda decisión de alto nivel que se tome en las escuelas, deberá pasar por la aprobación de este y por su Comité de Planeación y Evaluación, CPE, el cual dará seguimiento a tales decisiones con la finalidad de que sean alcanzados los objetivos que se planteen para cada comunidad educativa.
El CTE permite, o debe permitir, adecuar el programa general de la SEP a las características y necesidades en las cuales se desarrolla cada comunidad educativa, con la finalidad de que no se realice un trabajo descontextualizado, ya que, como señalamos hace poco en otro de nuestros artículos, el contexto en el que se desarrolla el proceso educativo resulta fundamental para alcanzar los objetivos que se proponen en el ámbito nacional y local.
Esta contextualización permite que los aprendizajes de los alumnos sean significativos al estar relacionados con la realidad en la cual viven y conocen, además de que en un segundo momento, en una metareflexión, se alcance el conocimiento formalizado que es el cual busca transmitir la escuela.
La contextualización exige, como estrategia pedagógica, el método de proyectos, sobre todo para resolver situaciones relacionadas con la comunidad en específico en la cual se desarrolla el alumno.
Por lo que respecta a los maestros, esta contextualización les permite que sean sus experiencias las que guíen el proceso educativo y trabajen con la mayor libertad académica posible y al mismo tiempo alcancen objetivos generales establecidos por la SEP a través del programa sintético. Para el logro de estos propósitos es fundamental la capacitación de los docentes, podríamos denominarlo el quid de la ecuación.
En este accionar de los CTE juega un papel muy destacado el personal directivo y de supervisión, ya que, aunque este órgano colegiado tiene la máxima responsabilidad, el personal directivo tiene la función de coordinar las acciones necesarias para alcanzar los objetivos que aquel haya establecido para la comunidad educativa.
Es el liderazgo que ejercen directores y supervisores, una parte fundamental en el éxito o fracaso de las comunidades educativas. Generar o forjar el espíritu de cuerpo, el sentido de pertenencia a la comunidad educativa es una de las misiones prioritarias de este personal. (“El director como líder de proyecto”. Roel Guajardo Cantú. 2022).
Sin liderazgo, lo hemos comentado, las comunidades educativas pueden asemejarse a un barco sin timón, a la deriva de las corrientes fluviales que las pueden llevar al naufragio y en el ámbito educativo lo que buscamos es garantizar una educación que permita a nuestros niños y jóvenes alcanzar metas para una vida digna.
El CTE se constituye como uno de los puntales de la NEM, a condición de que funcione como está establecido en el acuerdo correspondiente y se impulse una capacitación adecuada y pertinente a los maestros que operan el proceso educativo.

Integrar y desarrollar una comunidad educativa es un desafío relevante.