vie. Oct 10th, 2025

Juan Palacios Dávila / Epicentro Informativo

01, septiembre, 2025

Cuando el sexenio estatal se aproxima a su bienio final, encontramos que los problemas educativos continúan como si estuviésemos en el tramo inicial del periodo de gobierno, en el cual se arrastra, durante el primer ciclo escolar, todo lo que deja la anterior administración.

Hablamos de la educación porque consideramos que constituye uno de los aspectos fundamentales para alcanzar el logro que más ha presumido el actual gobernador: el de atraer inversión extranjera a Nuevo León.

Y es que no solo se trata de “vender” la cercanía y relación económica con los Estados Unidos cuando se habla de atraer capitales extranjeros, sino que también se requiere de un entorno de infraestructura dentro del cual se necesita contar con el capital humano necesario para ingresar al trabajo en condiciones que las nuevas inversiones demandan.

Pero resulta difícil contar con ese capital humano cuando quienes dirigen el sistema educativo estatal no conocen siquiera su funcionamiento real, por muy capacitados que estén en los aspectos teóricos de la educación. Como lo señala Peter Burke, en ocasiones es difícil bajar de los aspectos teóricos al conocimiento que tienen quienes ejercen el trabajo a ras de territorio, en este caso, en el aula. 

Por ejemplo, en el caso de la educación media superior, en la que se prepara a los profesionales técnicos, mientras los empleadores reclamaban la existencia de un déficit de 40 mil técnicos, la exsecretaria de Educación, Sofialeticia Morales aseguraba que eso no era posible porque el 89% de los egresados de ese nivel lo hacían precisamente como técnicos y señalaba que iban a presentar un documento en el cual explicarían a los empleadores por qué no les faltaban técnicos. Acá entre nos, la realidad es que solamente egresa del bachillerato tecnológico, alrededor del 30% del alumnado del nivel.

Seguramente la exsecretaria tenía los datos de matrícula de la educación media superior, ya que el 61% de los inscritos en ella se encuentran en el llamado bachillerato general, mientras que el resto en el bachillerato terminal o tecnológico, donde se forman los técnicos, por lo que quizá en los tres primeros años del sexenio pudieron haber egresado 40 mil o más de ellos, pero al parecer no se paró a analizar si esos egresados correspondían a las necesidades del sector productivo o no, porque, pese a sus declaraciones, la educación dual no tiene un alcance tan amplio más allá de Conalep, en donde cada año egresan en promedio 5 mil profesionales técnicos que, esos sí, están bastante apegados a las necesidades laborales del estado, en tanto que el resto tiene las carreras tradicionales.

Así es que, responder con aquella certeza de que los empleadores no saben de qué hablan, nos hace ver que las autoridades educativas solamente tienen ojos para ver su trabajo, sin detenerse a pensar si este tiene correlación con la realidad o si solamente se realiza porque la teoría dice que así debe hacerse.

Tan es así que pese a que año con año se presentan situaciones recurrentes por lo que respecta a los requerimientos de aulas, maestros, materiales y enseres para el trabajo educativo, también anualmente nos enfrentamos al espectáculo de ver cómo los problemas son casi los mismos: faltan aulas al inicio del ciclo escolar, falta también una correcta asignación de maestros donde estos se requieren, los edificios escolares se encuentran en pésimas condiciones y suspendemos clases porque hace mucho frío, porque hace mucho calor, porque llueve y porque…

No hay planeación acorde a lo que la realidad impone, ya que también parece que se piensa que, si la realidad no se ajusta a la teoría, peor para la realidad. Menudo reto tiene ante sí el nuevo secretario de Educación, Juan Paura. Así andamos.

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