dom. Oct 19th, 2025

Roel Guajardo Cantú / Epicentro Informativo

3, junio, 2024

Escribimos nuestra colaboración cuando todavía no se conocen los resultados, ni siquiera los conteos rápidos, o los resultados del PREP, mucho menos los oficiales del proceso electoral más grande en la historia del país.

Pero independientemente de los resultados, lo cierto es que México será diferente al margen de los resultados y de quién sea la próxima presidenta del país.

Será diferente porque ambas candidatas con posibilidades de triunfo tienen que generar sus propios espacios políticos y económicos en los cuales deberán moverse para ejercer la presidencia, una presidencia que será acechada por la actividad política que, independientemente de sus dichos, continuará ejerciendo el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ni en sueños, mucho menos si gana Xóchitl, se irá a su rancho de nombre “La Chingada”, en Chiapas.

En el escenario en que la ganadora de las elecciones presidenciales sea Claudia Sheinbaum, esta tendrá que maniobrar tanto en el ámbito político como en el gubernamental y el económico para poder ejercer la presidencia.

En lo político, Sheinbaum deberá ganarse un espacio en la estructura de Morena, que más que un partido es un movimiento dirigido por AMLO y que solo él, hasta ahora, puede cohesionar ya que está compuesto por grupos y liderazgos a quienes Claudia y su equipo en estos cuatro meses tendrán la tarea titánica de coparlos y convencerlos para avanzar e iniciar más arropada su sexenio.

Un claro ejemplo es el que se puede ver en la CDMX en donde el grupo de “los puros” no responde a la dirigencia de Sheinbaum y la ha retado en varias ocasiones, logrando inclusive imponerle una candidata diferente al abanderado elegido por ella y quien ha puesto en riesgo la elección, donde no se pierda, en ese que ha sido su principal bastión durante más de 27 años.

Por si eso fuera poco, Sheinbaum tendría que enfrentar una operación cicatriz de gran calado ya que en diferentes estados se presentaron problemas entre los grupos que se sintieron desplazados, para ello tendrá que convencer a los “damnificados” que no fue una decisión tomada por ella, sino por su antecesor, que en la práctica nunca le entregó el bastón de mando. Además tendrá que acordar y negociar la gobernabilidad con los mandatarios estatales, legisladores y partidos de la oposición que en esta elección habrán de aumentar su peso específico.  

La relación con los sectores sociales y poderes fácticos será diferente por la nueva correlación de fuerzas.

Al llegar al gobierno deberá enfrentar un déficit fiscal de grandes proporciones y un recorte del gasto público sin precedente conforme a los pre criterios de política económica de la Secretaria de Hacienda para el 2025,  que seguramente impactará en el quehacer gubernamental durante el próximo año, de ahí que Sheinbaum haya insistido que Rogelio Ramírez de la O se quede en Hacienda, como un mensaje de que lo que suceda viene del anterior sexenio.

Sobre todo porque los programas sociales que reparten dinero en efectivo a los ciudadanos, están llegando a su límite por lo que respecta al presupuesto  del cual pueden disponer y mucho más si tomamos en cuenta que algunas de las obras más queridas por el presidente pudieran no ser terminadas en este sexenio, Dos Bocas, el Tren Maya y el Transístmico. Ni qué decir que otras, como el AIFA continuarán requiriendo de subsidios, así como la empresa Mexicana de Aviación que también requerirá presupuesto gubernamental, en caso de continuar con esta aventurada apuesta.

En caso de que alguno de los programas sociales, que fueron base en la campaña de Sheinbaum llegasen a verse impactados por los recortes presupuestales, los problemas sociales tendrían niveles nunca vistos, debido a que parte del dinero que reciben los beneficiarios es utilizado tanto para complementar los gastos de alimentación, como los de medicamentos, ya que la cobertura en este último rubro ha disminuido debido a la cancelación del seguro popular y a la falta de inversión en el IMSS y en el ISSSTE para atender una demanda creciente de servicios.

Por lo que respecta al otro escenario, la victoria de Xóchitl Gálvez, quizá los problemas de entrada serían mayores, primero para que el presidente AMLO procese la victoria de Xóchitl, después, al seguir al mando del país hasta el primero de octubre, no sería raro que desde su posición impulsara protestas en contra los resultados de las elecciones, protestas cuyas repercusiones serían de pronóstico reservado para el país y para AMLO.

En lo económico, seguramente Xóchitl enfrentaría una situación más difícil que la de Sheinbaum, pues es probable que el presupuesto se agotara en septiembre dejándola sin techo financiero para el ejercicio de los meses de octubre, noviembre y diciembre, incluso para los primeros meses del próximo año, lo cual serviría para impulsar la narrativa de que, como se dijo durante toda la campaña, los programas sociales no se mantendrían.

Sin lugar a duda, los primeros meses serían de tensión para el gobierno entrante lo cual además se conjuntaría con el activismo de AMLO impulsando el descontento social que de alguna u otra forma se generaría ante la falta del presupuesto y ahí es donde la visión y operación de Xóchitl Gálvez, su equipo y los aliados se harían presentes mediante una diferente estrategia política y económica para la reconciliación nacional, una nueva forma de conducir al país.

Xóchitl no tendría un inicio fácil en su eventual gobierno ya que Morena haría todo lo posible para impulsar una narrativa que desembocara en una petición de revocación de mandato, sobre todo para tratar de desestabilizar al nuevo gobierno, olvidando que desde la elección intermedia del 2021, la población ya los estaba abandonando. https://youtu.be/nBY83qw4zSQ?si=UIwyoBGezv3kaxD0 (después del minuto 28).

En lo social, Xóchitl debería en caso de ganar, tener la habilidad de generar su propia narrativa, mostrando las fallas y fracasos del gobierno anterior para terminar con el mito de AMLO y su añoranza de trascender como uno de los más grandes presidentes de México.

No sería un camino fácil el que transitaría Gálvez en caso de ganar, sobre todo en lo referente a sus inicios.

De cualquier forma, gane quien gane, México será diferente a partir del próximo 1 de octubre.

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